Vuelve la Semana Santa. Vuelve un periodo de vacaciones, que prácticamente concatenamos con el anterior; y que casi con seguridad uniremos anímicamente al siguiente. Se observa una situación que yo diría que va para grave.
Dibujemos el escenario.
Tenemos una situación macroeconómica difícil. Supongo, que las variables que las familias manejan son variables de gran significado. La mayoría de la gente no es economista, por suerte. Yo cuando hago el ejercicio de abstraerme de mi conocimiento sobre la disciplina; me encuentro que a pie de calle, la gente parece que ha perdido el norte; y lo digo con el mayor de los cariños y con la mayor de las preocupaciones. Estas fiestas, como no…; todo el mundo sale “volando” hacia cualquier parte del planeta… New York está tirado de precio, se oye en las conversaciones, en los corrillos; es alucinante. Estamos desorientados. Las tiendas siguen a rebosar de gente buscando las gangas de último momento, los restaurantes están a rebosar, en los hoteles hay una ocupación más que importante (Sol, nieve, etc).
Parece que todo está fenomenal y que estamos muy a gusto viviendo; si ustedes me permiten la expresión… “como suizos en Iberia…”. Todavía oigo en conversaciones, cuanto ha subido el pan desde que estamos en el sistema Euro; alguien se ha percatado de que antes del Euro donde más lejos íbamos de vacaciones era a Benidorm; y a hora lo más cerca es Pernambuco. Hemos desarrollado una sociedad, que creo que está degenerando a un ritmo mayor que cualquier otra; y todo para no disfrutar de nada.
¿Porqué no somos Suiza? Pues es muy sencillo, nuestra renta per capita, es de coña en relación con la de un suizo. Nos estamos gastando una fortuna por periodo vacacional, y sin embargo les puedo asegurar, que jamás en los últimos veinte años, se ha producido una situación similar de expedientes en demora. Las fuentes son las propias entidades financieras, y aseguran tener tasas de impagados que rozan los dos dígitos casi todos los meses. Y la despreocupación es máxima, les da lo mismo. Me apostaría cualquier cosa que la situación crediticia, de una gran mayoría de esos “Spanish-New York´s”, no se encuentran al corriente de sus responsabilidades de riesgo. Todavía están dejando de pagar las vacaciones del año anterior. Más el coche de más alta gama que me puedan financiar, ya se sabe,”…por el que dirán los vecinos…”. Y para acabar de rematar dejamos incluso de pagar la hipoteca, que da la casualidad que es el techo donde viven nuestros hijos, la garantía de ese préstamo. Estamos locos.
La gente sencillamente pasa.
No somos como las generaciones de españoles que tiraron este país hacia delante con determinación poniéndole a la altura de los principales países industrializados del mundo. No somos esas mujeres y hombres que trabajaban de forma abnegada de Sol a Sol, en dos o tres trabajos muchas veces para tratar de pagar las pocas cosas que tenían. Ya no sólo es alarmante la forma en la que nos hemos acostumbrado a vivir, sino además; el 95% de la gente vive, sin esforzarse. Tenemos una productividad, y una actitud hacia el trabajo y el esfuerzo; que prácticamente es residual. Esto es sin duda lo que más me preocupa de largo. De seguir así, lo vamos a pasar muy mal porque vamos a tardar mucho más en salir del agujero.
Es el colmo, que en el despacho ya veamos a un montón de padres de cierta edad (de esos que si se levantaban de la cama para tirar de un país, y no para pasar el día…); pagando incidencias de sus hijos. Incidencias de préstamos de viajes, coches, etc; que vuelve a ponerles en la situación de tener que acudir a hipotecar su casa. Con el esfuerzo que les llevó pagarla, a tipos de interés que multiplicaban por cuatro los actuales. Es muy triste la situación a la que hemos llegado. Tenemos que despertar y tomar consciencia de la realidad.
En este país tan taurino, “…debemos de tomar el toro por los cuernos…” Por favor.
Dpto Riesgos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario